CUARESMA, DÍA 12
Unos confían en sus carros, otros en sus caballos, nosotros invocamos al Señor nuestro Dios.
Ellos se doblegan y caen,
nosotros permanecemos en pie. —Salmo 20:7-8
Puedo estar equivocado, pero pienso que la búsqueda de seguridad es una de las cosas que nos preocupa a todas las personas, sin duda en distinto grado y también con dife- rente intensidad según las épocas y circunstancias de la vida. Todos nosotros gastamos una gran cantidad de energía mental, física, emocional y me atrevería a decir también espiritual en intentar tener bajo control cuantas más áreas o factores de nuestra vida como nos sean posible.
Esta necesidad de control va vinculada a una necesidad aún más profunda, la de segu- ridad. Me atrevería a decir que control y seguridad van unidas de la mano por la calle o que son dos partes de la misma realidad, dos caras de la misma moneda. Cuando nos proyectamos en el futuro podemos ver -salvo que provengamos de una familia millo- naria- una gran cantidad de variables que están fuera de nuestro control, por ejemplo, cómo evolucionará la economía, qué sucederá con nuestros trabajos, de qué modo cu- briremos nuestras necesidades cuando estemos jubilados, qué sucederá con el sistema público de pensiones y con la sanidad.
Podemos tratar de blindarnos ante estas incertezas con planes privados de pensiones, emprendiendo negocios, ahorrando al máximo y todo aquello que, desde nuestra perspectiva, nos provea de seguridad. Sin embargo, no podemos blindar nuestra salud, las decisiones que tomen nuestros hijos o nuestros padres, el impacto que otros tengan sobre nosotros ¡Demasiadas variables a controlar y demasiadas fuera de nuestro control y alcance!
La invitación de hoy de la Cuaresma es a reflexionar -inclinarse hacia atrás para tomar distancia- acerca de dónde intentamos o nos esforzamos por buscar nuestra seguridad. Cuáles son las cosas que buscamos nos provean de una falsa sensación de seguridad y cómo podemos encontrar la auténtica seguridad en el Señor. Un simple vistazo nos ayudará a discernir hacia dónde van nuestras energías en este sentido y nos desafiará a descansar en el Señor quien creó y controla todo el universo.
¿Qué te preocupa, qué te carga y te produce ansiedad?
¿Qué te revela lo anterior acerca de ti mismo y tu búsqueda de control y seguridad?
¿Qué crees que piensa el Señor sobre las situaciones que has descrito? ¿Cómo puede ayudarte?
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