CUANDO EL PELIGRO ACECHA (SALMO 3)
El Señor me sostiene. (Salmo 3:6) David escribe este salmo en una situación muy angustiosa de su vida. Absalón, su hijo, se ha rebelado contra él y ha usurpado el trono. El salmista debe huir con un puñado de fieles para, literalmente, salvar el pellejo. ¿Cómo reaccionamos nosotros cuando, salvando las distancias, nos encontramos en situaciones de peligro, miedo, angustia, desesperación, sensación o realidad de falta de control, carencias de opciones y un etcétera tan grande como queramos hacerlo? En el salmo David refleja su reacción delante de la situación. No nos encontramos, por tanto, ante consejos teóricos sobre cómo actuar en situaciones difíciles. Nos hallamos ante las reflexiones de alguien que está literalmente en peligro de muerte y nos describe su respuesta ante la realidad que afronta. Hay, en mi opinión, dos aspectos a tener en cuenta. Primero, cuál es la perspectiva de la vida que tiene David. Segundo, confiar no significa no actuar. Comencemos, pues, por el primero.