CUARESMA, DÍA 19
Vosotros sois la luz del mundo... Pues así debe alumbrar vuestra luz delante de los demás, para que viendo el bien que hacéis alaben a vuestro Padre celestial. (Mateo 5:14 y 16) Un faro es un punto de referencia para navegantes. Antiguamente los piratas creaban falsos faros que, en vez de guiar con seguridad a los barcos los desviaban hacia zonas peligrosas para que embarrancaran y de esta manera saquearlos. Jesús, en estas palabras del Sermón del Monte, establece una relación entre nuestro estilo de vida caracterizado por la práctica del bien y la actitud de las personas, callada o abierta hacia Dios. Somos faros que pueden acercar o alejar a las personas del Señor. La Cuaresma nos invita a analizar la luz que proyectamos. Se me ocurren tres posibilidades: La primera, estamos apagados. La segunda, alejamos a las personas de Dios. La tercera, somos un buen referente para los demás. ¿Qué debes hacer como consecuencia de este análisis?