DAR 4
Tened esto en cuenta: quien siembra con miseria, miseria cosechará; quien siembra a manos llenas, a manos llenas cosechará. (2 Corintios 9:6) En el siglo XVII el físico y matemático inglés Isaac Newton descubrió lo que conocemos como la ley de la gravedad. Nuestro Dios, cuando creó el universo, estableció toda una serie de leyes físicas y de otro tipo que rigen todo lo creado por Él. No importa si somos conocedores o conscientes de las mismas, funcionan independientemente de nosotros, y cuando las violamos sufrimos las consecuencias. Una persona puede ser ignorante de la ley descubierta por Newton, pero si se sube a un edificio de 20 pisos y se tira al vacío podrá experimentar las consecuencias de haberla quebrantado, tanto si le gusta como si no. El Señor ha establecido también leyes espirituales bajo las cuales nos movemos y actuamos. De nuevo, cuando las quebrantamos por ignorancia o intencionalidad, sufrimos las consecuencias. Esto sucede porque del mismo modo que