SER DISCÍPULO EN EL SIGLO XXI: LA PRESENCIA
Pero no fue a Nazaret sino que fijó su residencia en Cafarnaún, junto al lago, en los términos de Zabulón y Neftalí. (Mateo 4:13) La Encarnación no es tan solo un bonito término teológico. Es el modelo de vida del discípulo en un mundo roto que Jesús nos enseñó. La Encarnación, por tanto, tiene que ser desplegada, aterrizada, bajada a nuestra realidad cotidiana. Alan Hirsch, sin duda uno de los misiólogos mas importantes de nuestro tiempo, propone cuatro sencillos pasos para hacer de la Encarnación nuestra manera de vivir como discípulos en el mundo. El primer paso es la presencia. Donde un discípulo está, en todos y cada uno de los ámbitos en que se mueva, Dios está ahí presente. El Reino está presente. La iglesia está presente. La estrategia de Jesús no podía ser más genial. Es vírica, no espera que la gente se acerque al Reino, antes al contrario, hace que éste se aproxime a cada ser humano por medio de la presencia de la Iglesia en medio del mundo. En los años 80 del siglo pas