SED

JUAN 7:14-39 El que tenga sed, que venga a mí. He estado pensando en estas palabras de Jesús, dichas en el contexto de una de sus enésimas discusiones con los judíos. Son palabras sencillas, claras y tajantes. Palabras que implican una condición necesaria para acercarse a Jesús, estar sediento. Uno lo busca a Él porque ha intentado saciar su sed en otras muchas fuentes y no han podido hacerlo. ¿De qué tengo sed? Al pensar en estas palabras ha venido a mi mente mi sed de sentido, de propósito, mi sed de vivir una vida que valga la pena, que sea de utilidad para otros, que deje un impacto positivo. He pensado en mi sed de justicia en este mundo roto tan lleno de dolor, sufrimiento, injusticia, desigualdad, violencia, abuso, opresión, pobreza y degradación de tantos y tantos seres humanos. Cada uno de nosotros tenemos un tipo de sed que sólo Jesús puede saciar de forma permanente. Un principio ¿De qué tienes sed?