MALAQUÍAS/ SACERDOTES/ MALASQUÍAS 2

Y es que un sacerdote debe atesorar sabiduría, y de su boca se espera que salga enseñanza, pues es un mensajero del Señor del universo. (Malaquías 2:7) Sin duda este pasaje se refiere a los sacerdotes del pacto levítico pero, si entendemos bien el Nuevo Testamento y es además una de las grandes aportaciones de la Reforma protestante del siglo XVI, todos nosotros somos sacerdotes, cada seguidor de Jesús lo es tal y como nos enseña el apóstol Pedro. Un sacerdote, como nos enseña la Escritura, es un mensajero del Señor del universo, un portador de buenas noticias, alguien que acerca Dios a los seres humanos y a éstos últimos al Señor. Es un privilegio ser sacerdote, un privilegio inmerecido que se nos ha otorgado a todos los seguidores del Maestro. Sin embargo, ese privilegio conlleva también responsabilidades. Aquí se nos indican dos de ellas. La primera, atesorar sabiduría. En la Biblia la sabiduría es la capacidad de vivir la vida en conformidad con la volunta...