LA LENGUA

Todos, en efecto, pecamos con frecuencia. Ahora bien, quien no se desliza en el hablar, es persona cabal, capaz de mantener a raya todo su cuerpo. (Santiago 3:2) El problema no es la lengua, el problema es el corazón. Aquella no es sino un instrumento de este último. Jesús mismo afirmó la centralidad del corazón en el pecado humano (Véase Mate 15:19 y todo el contexto), la lengua es un mero instrumento que ejecuta los mandatos del corazón. La lengua es neutra tal y como dice el escritor de la carta, sin embargo, es un instrumento de fácil uso y con un increíble poder destructivo en comparación con su tamaño. Las palabras son fáciles de decir pero no siempre podemos medir las terribles consecuencias que pueden generar tanto en el que las oye, como en aquel que no las oye pero es acerca del cual estamos hablando. Podemos usar la lengua para bendecir, dar una palabra de ánimo, reconocer el trabajo y el esfuerzo hecho por otra persona, consolar, aumentar la ...