SALMO 59. FORTALEZA
Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, proclamaré por la mañana tu amor, porque fuiste mi fortaleza, y un refugio en el día de angustia. Fortaleza mía, por ti velo, porque mi alcázar es Dios, mi Dios fiel. Este salmo presenta una estructura ya conocida, la petición de ayuda al Señor que aparece en el primer versículo. Una petición, por otra parte, apremiante, enfática. En segunda lugar, aparece el oprobio de los enemigos que se traduce en el mal que sufre el salmista. Finalmente, podemos encontrar la intervención del Señor y la declaración de confianza por parte del poeta en el carácter de Dios. Aparentemente nada nuevo en este salmo que, tal y como comentaba, no es familiar en su contenido y estructura. Lo que me ha llamado la atención y hecho reflexionar ha sido la afirmación repetida por parte de David de que el Señor es su fortaleza, el lugar donde uno se refugia en el día de angustia. En la antigüedad las fortalezas eran el último recurso de refugio y protección. Cuando una ciudad amu