CUARESMA, DÍA 20
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiem- po, porque los días son malos. —Efesios 5:17 Siempre he creído que el tiempo es el don más democrático que existe porque todos los humanos, sin excepción, tenemos la misma cantidad de tiempo. Cada día se nos conce- den veinticuatro horas y es nuestra responsabilidad administrarlas de la mejor manera posible. Cada uno invierte esas veinticuatro horas de manera diferente y, a menudo, la forma en que lo hacemos demuestra dónde están nuestros auténticos valores y prioridades. Es cierto que una buena cantidad de nosotros hemos de trabajar mucho y duro. Entiendo y sé que existen trabajos en los cuales la persona ha de invertir horas y horas porque así se lo requieren, y que esta realidad se hace todavía más patente en tiempos de crisis econó- mica como los que estamos experimentando que hacen el trabajo más precario e inesta- ble ¡Cierto! Eso no quita el hecho que debemos