POR PURO PLACER
Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. (Juan 2:7) Este es el primer milagro de Jesús registrado en los relatos de los evangelios y tuvo como propósito que la fiesta de bodas no decayera después de que, sin duda, por mala previsión, se habían quedado sin vino. Este milagro hizo que las personas asistentes a la fiesta pudieran continuar experimentando placer. Si la relación de los protestantes con María es complicada, como vimos en anteriores entradas, ¡Qué vamos a decir acerca de la relación de éstos con el placer! No tenemos una clara teología sobre el placer, no hemos reflexionado acerca del mismo desde un punto de vista bíblico y, consecuentemente, nuestra relación con él es ambigua y complicada. En el mejor de los casos sospechamos del placer; en el peor, lo condenamos como pecaminosos. Pero no podemos olvidar que éste fue creado por Dios. Ha sido el Señor quien nos ha diseñado de tal manera que podemos experimentar placeres físicos como el sexo,