CUARESMA: OÍR A DIOS
Habla que tu servidor escucha. —1 Samuel 3:10 Escucha, Israel. —Deuteronomio 6:4 Hace muchos años vi un chiste que salía en un periódico de difusión nacional. En el mismo se veía a Dios con rostro compungido hablando con un ángel y diciéndole: «el problema no es que yo no hable, más bien que nadie escucha». El Antiguo Testamento está lleno de peticiones de Dios a su pueblo para que lo escuche, que preste atención a sus palabras, sin embargo, vemos que una y otra vez el pueblo hace oídos sordos a la voz de Dios. La Cuaresma es una invitación a escuchar la voz del Señor. Pero para poderlo hacer hemos de partir de la base de que Él habla y nosotros podemos escucharlo. En Juan capítulo 10 Jesús afirma en tres ocasiones que sus ovejas -nosotros- tendremos la capacidad de oír su voz y reconocerla. También en el mismo evangelio afirma que su Espíritu nos guiará a toda la verdad. Por tanto, el principio bíblico es que Dios quiere hablarnos y nos ha dado la capacidad de r