EL PROBLEMA DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO: INJUSTO

Mira, estos son los malvados: viven en paz y atesoran riqueza. ¿De qué me vale purificar mi corazón, lavar mis manos en señal de inocencia, si cada día soy golpeado, castigado cada mañana? (Salmo 73:13-14) Todavía hay ilusos que creen que existe una especie de principio cósmico que afirma que al justo todo le va bien y al injusto todo le va mal. Todavía muchos se acercan al Señor pensando que será una especie de seguro de vida, enfermedad, desempleo y todo tipo de desgracias: que Dios castiga al pecador y premia a sus hijos. Tal vez meditar en la vida y muerte de Jesús, el Señor, sea un buen antídoto ante tales falsas creencias. El justo, dice la Escritura, padeció por los injustos para llevarnos a Dios. Tal vez reflexionar sobre la vida de tantos de nuestros precursores que sufrieron y murieron para que nosotros podamos vivir la fe en libertad nos podría dar luz sobre esa falsa creencia. Tal vez el sufrimiento, dolor y muerte de millones de nuestros hermanos...