DIOS NO SE COMPLACE EN EL MAL (SALMO 5)

No eres un Dios que desee la maldad, en ti no encuentra refugio el malvado. (Salmo 5:5) Esta es una afirmación de gran importancia con relación a cómo es Dios. Él no desea ni se complace en la maldad; consecuentemente, nosotros sus hijos tampoco. Es más, deberíamos combatirla en nuestras propias vida y en todo lugar donde se manifieste. Un primer paso e importante sería identificarla. No podemos ser restrictivos con ella, no podemos limitarla únicamente a las típicas bestias negras del mundo evangélico, a saber, la ideología de género y el aborto. El mal es todo aquello que se opone al carácter del Señor y Él no es tan sólo santo -de donde nace la moral-, es también justo -de donde nace la justicia-. ¿Cómo pues podemos identificar el mal? Jesús nos ayuda. En la oración que nos enseñó, el Padrenuestro, encontramos un camino claro. El Maestro no enseño a pedir que la voluntad del Padre sea hecha en la tierra del mismo modo que es hecha en el cielo. Consecuentemente, nada que no sea permi...