PROFETAS Y REYES, DAVID, GOLIAT
David le respondió: Tú vienes contra mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy contra ti en nombre del Señor del universo. (1 Samuel 17:45) La idea de que dos campeones, uno por cada bando, se enfrentaran para dirimir una batalla con menos pérdidas es real y duró, como mínimo, hasta casi el final de la Edad Media. La descripción que el texto hace de Goliat es impresionante y genera temor, por tanto, no es de extrañar que nadie quisiera enfrentarse con él. A simple vista era evidente la imposibilidad humana de acabar con aquel pedazo de carne. Así lo percibieron todos, incluido Saúl, y eso explica el desánimo generalizado entre el ejército de Israel. Solo David, un muchacho, tenía una perspectiva diferente. Veía las cosas con realismo, no era tonto y sabía medir la capacidad de su enemigo. Puedo imaginarlo haciendo una valoración de las fortalezas y debilidades de Goliat. Su estrategia de ataque, lanzarle un guijarro afilado, manteniéndose fuera de su alcance físico, lo cual hub