ESPERANZA (SALMO 119)
Recuerda la promesa hecha a tu siervo, la que mantiene mi esperanza. Esto me consuela cuando sufro: que tu promesa me da vida. (Salmo 119:49-50) Leyendo acerca de la esperanza me ha sorprendido que una de las explicaciones afirma que es un estado de ánimo optimista, en el cual aquello que queremos o aspiramos nos parece posible. La verdad, me ha sorprendido; me ha parecido como una especie de truco mental que nos juega el cerebro para ir tirando contra viento y marea ante las realidades de la vida. Eso da sentido a expresiones de la vida cotidiana tales como: la esperanza es lo último que se pierde. Me ha hecho pensar en aquellas situaciones en que nos aferramos a una posibilidad remota ante una situación adversa. Necesitamos esperar aunque racionalmente sabemos que no hay nada en qué esperar. La esperanza del seguidor de Jesús es radicalmente diferente, parte de premisas distintas. No es un estado de ánimo que haga que parezca posible una cosa, es una certeza futura de que algo se