PROVERBIOS ESTUDIO 25: DOMINAR LOS IMPULSOS
Como ciudad sin muralla y expuesta al peligro, así es quien no sabe dominar sus impulsos. Desprotección y vulnerabilidad son las dos palabras que vienen a mi mente al pensar en una ciudad -especialmente en la antigüedad- que estaba carente de murallas, sus enemigos podían hacer con ella cualquier cosa que quisieran. Si sigo el razonamiento del manual para la vida sucede lo mismo conmigo y con cualquier otra persona que sea incapaz de controla sus impulsos, nos encontramos desprotegidos y vulnerables, resulta que nos hemos convertido en nuestros propios peores enemigos. Lo cierto es que todos tenemos, en cierta medida, una incapacidad de controlarnos a nosotros mismos. Es una más de las terribles consecuencias del pecado, es decir, nuestro deseo de vivir independientes y al margen del Señor y su autoridad. Nos hemos roto interiormente y eso se manifiesta, entre otras maneras, por una capacidad de controlar nuestros impulsos, incapacidad que, en ocasiones, es creciente