SALMO 104. PROVIDENCIA

Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, cuán grande eres; Te has vestido de esplendor y de majestad, cubriéndote de luz como un manto, extendiendo los cielos como una cortina. Este salmo es una invitación a bendecir al Señor y para que podamos hacerlo en el poema se nos dan gran cantidad de razones que pueden ser agrupadas en dos grandes categorías. La primera de ellas es toda la intervención del Dios creador y, por tanto, su acción creadora sobre todo el universo. La segunda razón es la providencia del Señor sobre todos los seres vivientes incluyendo los animales y el ser humano. El poeta explica cómo gracias a esta providencia divina todos nosotros vivimos, somos y existimos. Después de habernos dados todas estas razones, la creación y la providencia, el salmista nos invita nuevamente a poder alabar y bendecir al Señor. Motivos nos ha dado para ello. De este modo concluye el salmo. Después de leer el salmo me he parado a pensar en todas las cosas que tengo, todas l...