SER DE BENDICIÓN
En mi lectura del capítulo 19 de Mateo mi atención se ha centrado sobre un simple versículo, Y, después de poner las manos sobre los niños, se fue de allí. Este fragmento corresponde al pasaje en que unos niños se presentan ante Jesús y los discípulos les regañan. El Maestro reprende a los discípulos por su actitud y bendice a los niños. Un pasaje muy sencillo pero muy desafiante, ser de bendición para todos los que me rodean. Mi vida, como la de cualquier otro, está llena de interacciones, familia, amigos, clientes, proveedores, desconocidos, etc., etc. Vivimos de por sí en una sociedad violenta y agresiva, donde la tensión se respira en todo momento y donde todos vivimos bajo gran presión. Pienso que mi vida puede ser de bendición para todas las personas con las que interactuaré hoy y el resto de mis días o, por el contrario, puedo, si no ser de maldición, si añadir más presión o tensión. Jesús es un reto para mí con su actitud de bendicir a otros. Un principio Quiero ser de bendici