CUARESMA, DÁ 8
Os he demostrado así en todo momento que es preciso trabajar para socorrer a los necesitados, teniendo presente aquella máxima de Jesús, el Señor: “Más dicha trae el dar que el recibir”. —Hechos 20:34-36 El Señor Jesús afirmó, como reflejan estas palabras, que hay más dicha en el dar que en el recibir. Eso entra en conflicto con la lógica de nuestra sociedad orientada al recibir y al pensar primera y, a veces, casi exclusivamente, en nuestras necesidades, no únicamente las de tipo de material, sino también las emocionales, las intelectuales y las sociales. En ocasiones, usamos el subterfugio de que una vez hayamos cubierto nuestras necesi- dades entonces, y sólo entonces, estaremos en condiciones de cubrir las de los demás. Lo que sucede es que nuestras necesidades son como un agujero negro que siempre exigen y exigen más y nunca acaban de saciarse. La afirmación de que una vez yo tenga cubierto lo mío cubriré lo de los otros es una quimera, que es definido por el di