DEUTERONOMIO PARTE II/ EL SEGUNDO DISCURSO DE MOISÉS/ CAPÍTULO 9

No te quepa duda de que si el Señor te da esta fértil tierra, no es por tus méritos ni porque seas mejor, pues tu también eres un pueblo terco. (Deuteronomio 9:6) Simplemente por pura gracia, esa gracia escandalosamente inexplicable e incomprensible. Nosotros, hoy mismo, no somos aceptados ni por méritos ni por ser mejores. Nada hay en nosotros que nos haga merecedores, dignos receptores del amor y la aceptación de Dios, únicamente la gracia. Lo que sucede es que una vez recuperados de la primera y chocante impresión que nos produce la gracia nos acostumbramos a ella y comenzamos a pensar justamente aquello que, ni siquiera, debería de pasar por nuestras mentes, es decir, que somos mejores y tenemos más méritos que otros, especialmente de aquellos que a nuestros ojos nos parecen despreciables por su carencia de moral o ética o por su conducta pecaminosa evidente (la nuestra ya nos esforzamos por mantenerla oculta). Mi impresión es que este pasaje, como tantos o...