PABLO A LOS ROMANOS ESTUDIO 14: ESCLAVITUD

Sabéis de sobra, que si os ponéis al servicio de alguen y le obedecéis, os convertís en sus esclavos. Por eso, si es al pecado al que servís, acabaréis en la muerte, si por el contrario, obedecís a Dios, alcanzaréis la salvación. El pecado tiene dos grandes poderes, el legal y el adictivo. El legal se refiere al hecho de que cuando quebrantamos la Ley entramos en deuda con ella y, por tanto, el pecado tiene el poder para condenarnos de forma justa como transgresores. Como he indicado en más de una ocasión ¡Alguien ha de pagar los platos rotos! Ahora bien, gracias a la muerte de Jesús en la cruz, pagando la dedua que teníamos contraída con la Ley, hemos sido declaros justos, inocentes, sin culpa y, consecuentemente, el pecado ya no tiene ningún poder legal sobre nuestras vidas, ya no nos puede condenar ya que alguien ha pagado por nosotros. Pero el pecado tiene otro poder, el adictivo. La práctica del pecado nos convierte en esclavos del mismo. Cada vez que yo, de forma i...