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Mostrando entradas de abril 21, 2010

UNA VIDA SIN FRUTO

Por la mañana temprano, cuando Jesús volvía a la ciudad, sintió hambre. Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella; pero la higuera sólo tenía hojas. Entonces le dijo: -¡Nunca más vuelvas a dar fruto! Y en aquel mismo instante se secó la higuera. Es un pasaje extraño. La higuera que no da fruto representa a menudo en los profetas del Antiguo Testamento a el pueblo de Israel y su incapacidad de vivir conforme a los deseos y los planes de Dios. Al leerlo me ha hecho pensar que una vida que no lleva fruto es una decepción. Como seguidores de Jesús estamos llamados a ser personas que den fruto. Fruto de tres maneras, permitir que otras personas conozcan a Jesús, ayudar a hacer de este mundo lo que Dios pensó y el pecado impidió y, finalmente, permitir que el carácter de Jesús se exprese más y más a través nuestro. Un seguidor de Jesús que no produce fruto es una decepción, es un fraude, es una inutilidad, es un fallo en el propósito de Dios, no importa cuantas hojas -religiosida...