SEGUNDA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ FINALIDAD/ 2:3-7
3 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre consuela. 4 Él es el que nos conforta en todos nuestros sufrimientos de manera que también nosotros podamos confortar a los que se hallan atribulados, gracias al consuelo que hemos recibido de Dios. 5 Porque, si bien es cierto que como cristianos no nos faltan sufrimientos, no lo es menos que Cristo nos colma de consuelo. (2 Corintios 1:3-5) Pablo comparte en este breve pasaje tres principios muy importantes y no que deberíamos olvidar en nuestro proceso de seguir a Jesús: 1. Debemos esperar sufrimiento como una parte natural y que forma parte de la vida y el seguimiento de Jesús. Vivimos en un mundo caído, afectado por el pecado y tanto creyentes como no creyentes sufrimos y, en muchas ocasiones, ese sufrimiento puede ser injusto e inmerecido. Creer y esperar que por el hecho de seguir a Jesús nunca vamos a experimentar dolor, sufrimiento, pérdidas, angustias y problemas