BREVE CURSO DE FELICIDAD, 8
Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros. (Juan 20:21) Ser la mejor versión posible de nosotros mismos -Cristo formado en nosotros- y hacer una contribución al mundo -construir el Reino de Dios- esa es la auténtica felicidad. Jesús no vino únicamente para que pudiéramos ir al cielo. Fue enviado por el Padre para construir su Reino. Ese fue su mensaje a lo largo de sus tres años de ministerio. Proclamó y demostró el Reino, nos enseñó a orar para que viniera y se hiciera real en medio de nosotros. Pablo nos dice que Dios, por medio de Jesús, estaba reconciliando todas las cosas con Él, las que están arriba en los cielos y abajo en la tierra. También añade que a nosotros se nos ha dado el ministerio de la reconciliación. Venga tu Reino, hágase tu voluntad. El Reino consiste en el conocimiento, reconocimiento y aplicación de la voluntad del Padre. Esta ya se cumple en los cielos; nosotros nos unimos a Jesús en la misión de que se cumpla también en la tierra. Como Jesús fu