SALMO 71/ VEJEZ

No me desprecies cuando llegue yo a viejo; no me abandones cuando ya no tenga fuerzas. (Salmo 71:9) Este salmo es conocido como la oración de un anciano. Personalmente asocio el proceso de envejecer con una creciente vulnerabilidad; siendo ésta última un estado de precariedad en el cual la persona puede ser dañada física, moral o emocionalmente. Con la vejez se van perdiendo las fuerzas y con éstas la autonomía. El universo de va reduciendo y uno va siendo consciente de que las cosas no van a ir a mejor, a lo máximo que se puede aspirar es a quedarse como está a tratar de retrasar lo inevitable. Es también cierto que hay una edad en la vida en que uno siente que es invulnerable, que nunca envejecerá, que siempre irá a más y más. El autor de Eclesiastés diría ¡Vana ilusión! Con la creciente vulnerabilidad aparecen los miedos y las inseguridades; pienso que es inevitable que la mente se dispare y comience a imaginar los escenarios más catastróficos desde el punto de vist...