LA TRISTEZA QUE VIENE DE DIOS

Y es que si la tristeza está en conformidad con la voluntad de Dios, produce un saludable cambio de actitud del que no hay que lamentarse; en cambio la tristeza producida por el mundo ocasiona la muerte. (2 Corintios 7:10) Hay una tristeza, como dice el pasaje, que es buena, necesaria, saludable. Es inflingida por Dios, pero su propósito no es hacernos la vida dura, difícil, miserable, amargada. Antes al contrario, la razón de ser de la misma es producir en nosotros un cambio que lleve a la vida, al cambio, a la transformación y a la libertad. Es bueno saber reconocer de dónde procede nuestra tristeza, cuando esta llega, y qué puede producir en nosotros.