SALMO 70. OH DIOS, APRESÚRATE

¡Oh Dios, apresúrate a librarme, Señor, date prisa en socorrerme! El salmo 70 es un muy corto y, de hecho, es una repetición de los versículos 14 al 18 del salmo 40. Es un poema pidiendo la liberación e intervención del Señor, expresado de forma urgente y apremiante. La petición se repite al final del breve salmo con palabras diferentes. Entre ambas peticiones podemos encontrar un deseo de maldición, para los enemigos, y un deseo de bendición, para los que buscan al Señor. Leyendo el salmo desde nuestros días pareciera que el salmista se ha contagiado de la neurosis contemporánea por la inmediatez y la instantaneidad tan típicas de nuestro tiempo y nuestra sociedad. Queremos que las cosas sucedan y queremos que sucedan ¡Ya!. Es normal, pues, que traslademos, o al menos lo pretendamos, nuestra necesidad de inmediatez a la relación con Dios y deseemos que actúe a nuestro ritmo, según nuestros deseos, impulsos o necesidades. El poema lo refleja muy bien al usar los términos apresurarse...