LA FE EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS: NECESITO AYUDA
Al instante, el padre del muchacho exclamó: «¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!» (Marcos 9:24) Estas palabras, según narra Marcos en su evangelio, fueron dichas por un padre que le había pedido a Jesús que sanara a su hijo quien estaba poseído por un demonio. Creo que reflejan muy bien lo que estamos experimentando muchos seguidores del Maestro en estos momentos, una lucha entre la mente y el corazón. En nuestro cerebro creemos todas las promesas del Señor. Muchos incluso las sabemos de memoria y, en más de una ocasión, se las hemos compartido a aquellos que pasaban por momentos de dificultad, dolor y sufrimiento. Otra cosa diferente es cuando las mismas nos las tenemos que aplicar en nuestras propias vidas. Ahí la cosa cambia radicalmente. Y esto lo está poniendo de evidencia la crisis del coronavirus. Nos está tocando poner en práctica lo que sabemos y muchos de nosotros nos estamos dando cuenta que existe una brecha considerable entre la mente y el corazón. Está evid