DIOS QUIERE QUE LA GENTE VIVA
Dios le dice al profeta Ezequiel: Yo no quiero que el malvado muera, sino que cambie de conducta y viva. Yo el Señor, lo afirmo... Si abre los ojos y se aparta de todas las maldades que había hecho, ciertamente vivirá y no morirá... Yo, el Señor, lo afirmo. Abandonad de una vez todas vuestras maldades, para que no os hagáis culpables de vuestra propia ruina. Apartaos de todas las maldades que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón y un espíritu nuevos. ¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel, si yo no quiero que nadie muera? Apartaos del mal y viviréis. Yo, el Señor, lo afirmo. (Ezequiel 18:23, 28,30-32) Precisamente ayer, con un grupo de amigos, hablábamos acerca de lo difícil que, en ocasiones, cuesta ver a las personas que amamos como perdidas sin Dios. Hoy leo este pasaje donde precisamente el Señor afirma que su deseo es que nadie muera sino que todos puedan vivir. Sin embargo, me doy cuenta que de forma obstinada nuestra tendencia es a vivir al margen de Él y, debido a