JESUS Y LAS TRADICIONES 3

Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada: -Ponte ahí en medio. Luego preguntó a los otros: -¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Ellos callaron. Al verlos tan obcecados, Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo: -Extiende tu mano. Él la extendió y la mano recuperó el movimiento. (Marcos 3:3-5) Este relato aparece en los tres evangelios sinópticos. Hay breves variaciones entre uno y otro. En uno de los textos son los fariseos los que plantean la cuestión sobre lo lícito o no de sanar en el día sábado; en los otros es el mismo Jesús quien lo pone sobre la mesa. El punto central, sin embargo, es en todos ellos el mismo, las necesidades del ser humano versus la prioridad en mantener las tradiciones religiosas. Jesús estaba quebrantando la observancia del sábado de forma intencional y premeditada. Sabía lo que hacía. La tradición impedía que se sanara en el día de reposo...