Al despertar Jacob de su sueño, pensó -¡Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía! Y añadió aterrorizado: -¡Qué lugar más terrible es este! ¡Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo! (Génesis 28:16-17)
Jacob, en su viaje hacia la casa de sus ancestros, tuvo un encuentro sobrenatural con el Señor en Betel, donde se dio la experiencia de la escalera que subía hasta el cielo y la renovación del pacto por parte del Señor hacia el patriarca. Las palabras que el texto bíblico le atribuye a Jacob son muy fuertes por su contenido emocional, terror y terrible. La experiencia debió de ser extremadamente fuerte aunque nosotros la leamos en tan sólo unos pocos minutos y, desde nuestra mentalidad racional, nos cueste meternos emocional y espiritualmente en el pasaje. Jacob llegó a la conclusión de que aquel lugar era especial y sagrado porque en sus propias palabras "el Señor está en este lugar" y posteriormente indica acerca de Betel "es nada menos que l…
Jacob, en su viaje hacia la casa de sus ancestros, tuvo un encuentro sobrenatural con el Señor en Betel, donde se dio la experiencia de la escalera que subía hasta el cielo y la renovación del pacto por parte del Señor hacia el patriarca. Las palabras que el texto bíblico le atribuye a Jacob son muy fuertes por su contenido emocional, terror y terrible. La experiencia debió de ser extremadamente fuerte aunque nosotros la leamos en tan sólo unos pocos minutos y, desde nuestra mentalidad racional, nos cueste meternos emocional y espiritualmente en el pasaje. Jacob llegó a la conclusión de que aquel lugar era especial y sagrado porque en sus propias palabras "el Señor está en este lugar" y posteriormente indica acerca de Betel "es nada menos que l…