SER DISCÍPULO EN EL SIGLO XXI. LA GRAN HISTORIA DE DIOS. REDENCIÓN 9
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. (Mateo 5:9) El comentarista bíblico William Barclay hace la siguiente paráfrasis de esta bienaventu- ranza: ¡Qué feliz es aquel que crea relaciones justas y sanas entre los hombres, porque su acción es obra de Dios! Los rabinos judíos consideraban que el llamamiento más sublime de un ser humano con- sistía en establecer y promover relaciones justas entre las personas. Aquel que hacía eso, que se esforzaba en esa tarea, reflejaba de forma clara el carácter de Dios, pues el Señor es un Dios de paz. Ya hemos visto que una na de las consecuencias evidentes que ha provocado el pecado es una ruptura en las relaciones entre los seres humanos. Enfrentó a Adán y Eva a causa de quién era responsable de la desobediencia. Enfrentó de forma dramática a Caín con Abel produciendo la muerte de este último. Desde esos inicios la tensión, el conflicto y las discordias entre los seres humanos son