CUAL PLUMA AL VIENTO (SALMO 93)
Dios mío, tú eres nuestro rey. Has mostrado tu majestad, tu grandeza y tu poder. Has afirmado el mundo, y jamás se moverá. Desde el principio eres rey; tú siempre has existido. (Salmo 93:1-3) En los tiempos en que vivimos no es difícil sentirse como una pluma a merced del viento. Zarandeados por fuerzas que van más allá de nuestro control; fuerzas de todo tipo, políticas, económicas, sociales, culturales, ideológicas. Ahí estamos nosotros, llevados de un lado para otro, con la terrible sensación de vivir fuera de control, o lo que es peor, controlados por otros y las circunstancias. Personalmente encuentro totalmente normal ese sentimiento; se da desde que nos levantamos y oímos las primeras noticias del día en los medios de comunicación o las leemos en la prensa o nuestro teléfono móvil. Es entonces cuando debemos volvernos a la Palabra y centrar nuestra mente en que Dios continúa teniendo el control del universo, que nuestra vida está en sus manos, que está comprometido con nosotro