JESÚS, EL PLACER
Todo el mundo sirve al principio el vino de mejor calidad, y cuando los invitados han bebido en abundancia, se saca el corriente. Tú, en cambio, has reservado el mejor vino para última hora. Jesús hizo este primer milagro en Caná de Galilea. Manifestó así su gloria y sus discípulos creyeron en él. Después de esto, bajó a Cafarnaún acompañado por su madre, sus hermanos y sus discípulos. Y permanecieron allí unos cuantos días. (Juan 2:10-12) Los cristianos siempre hemos tenido una relación complicada con el placer, especialmente con aquellos de tipo físico; porque también existen placeres emocionales, intelectuales e incluso espirituales. Al pensar en ello viene a mi mente la sarcástica frase: "todo lo que me gusta o es pecado o engorda". En el mejor de las casos el placer es sospecho. En el peor escenario siempre es pecado. Entiendo que todo ello viene de la tremenda influencia que el pensamiento griego ha ejercido sobre el cristianismo. Para ellos todo lo rela