¿SEDUCIDO?
A renunciar a la antigua conducta, a la vieja condición humana corrompida por la seducción del placer. (Efesios 4:22) La renuncia es un acto intencional que nace de la voluntad y, con frecuencia, de forma costosa, incluso dolorosa. De hecho, la palabra renuncia tiene una cierta connotación de pérdida. Aquí el apóstol nos pide, exhorta, manda que renunciemos a la vieja condición humana. Es decir, a esa parte de nosotros afectada por el pecado y que nos lleva a inclinarnos hacia conductas y estilos de vida que son autodestructivos. Una parte de nosotros que es proclive a ser seducida por el placer. Aquí seducción tiene el sentido de atrapar o atraer a alguien conscientemente hacia una trampa o inducirlo a un mal paso. Pensemos en Génesis 3 y como Adán y Eva fueron seducidos por lo atractivo y placentero que era el fruto prohibido y no tuvieron en cuenta las desastrosas consecuencias que ello podría traer. En definitiva, ahora que comenzamos el año sería un buen momento ...