CUARESMA, DÍA 3
Porque del corazón proceden las malas intenciones, los asesinatos, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, las calumnias y las blasfemias. (Mateo 16:19) Seguimos con el examen del corazón. Según Jesús, las acciones y omisiones externas son simplemente los síntomas que ponen de manifiesto el estado de nuestro corazón. Son signos que apuntan hacia lo más profundo de nuestro proyecto de vida. Dios no está interesado en cambiar nuestras conductas, ese es el propósito de la religión, sino nuestro corazón que es lo que las produce y genera. La Cuaresma nos invita a parar atención al estado de nuestro corazón por medio del examen de nuestras acciones y omisiones. ¿Qué ves al examinarlas? En respuesta a lo que has visto ¿Qué paso práctico, por pequeño que sea, vas a dar?