RIQUEZAS

Vosotros, los ricos, llorad y gemid a la lista de las calamidades que se os van a echar encima. Vuestra riqueza está podrida; vuestros vestidos están apolillados. Hasta vuestro oro y vuestra plata están siendo presa del óxido que testimoniará contra vosotros y devorará vuestros cuerpos como fuego ¿Para qué amontonáis riquezas ahora que el tiempo se acaba? (Santiago 5:1-3) La Biblia no condena las riquezas, pero ciertamente habla del peligro que las mismas suponen. Jesús les dice a los ricos que en ellas tienen su consuelo. Nos indica la inutilidad de ganar todo el mundo y perder el alma. Pablo nos dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males. Las Escrituras una y otra vez nos advierten sobre la tentación de construir nuestra identidad y nuestra seguridad en lo material y no en el Señor; es decir, mi dignidad y mi valía como persona se basa en lo que poseo, no en que soy hijo del Dios que ha creado el universo. Mi seguridad, mi estabilida...