1 PEDRO: SEDUCCIÓN
Tened, pues, a punto vuestra mente; no os dejéis seducir y poned toda vuestra esperanza en el don que os traerá la manifestación de Jesucristo. (1 Pedro 1:13) Seducción: atracción, fascinación, captación, atractivo, persuasión, sugestión. Atraer o persuadir a alguien hasta rendir su voluntad. Cuando pienso en seducción rápidamente lo relaciono con Adán, Eva y la serpiente en el jardín del Edén. La seducción no es violenta o agresiva, es un poder blando que ejerce influencia sobre nosotros a fin de, como anteriormente leíamos, privarnos de voluntad y hacernos asumir valores, prioridades, conductas, motivaciones que no son las que deberíamos tener. Pedro no advierte contra la seducción. Pero ¿de dónde puede venir esta? Sin ninguna duda de tres fuentes: 1ª El diablo por medio de las tentaciones y mentiras que desde aquella primera -no moriréis- continúa poniendo en nuestras mentes. 2ª Los impulsos propios de nuestra vieja naturaleza que buscan satisfacerse a cualquier precio. 3ª E