DORMIR EN PAZ, VIVIR EN PAZ (SALMO 4)

En paz me acuesto y al instante me duermo porque solo Tú, Señor, me haces vivir confiado. (Salmo 4:9) ¿Cómo es posible que el salmista pueda hacer semejante afirmación? Hay un gran número de personas que, por sistema, no pueden dormir. Sus cerebros están en plena ebullición a la hora de acostarse en sus lechos. Los miedos, las ansiedades, las preocupaciones del presente, las cargas del pasado y los potenciales miedos por cómo discurrirá el futuro hacen que su actividad cerebral no pueda parar y, consecuentemente, sea imposible el poder descansar. Nuestro cerebro ha sido diseñado por Dios con una funcionalidades muy interesantes. Una de ellas es lo que se denomina cerebro reptil. Este está diseñado para preservar nuestra vida y supervivencia. De forma constante está haciendo un escaneo de nuestro entorno buscando amenazas reales o potenciales. Cuando detecta algo que, en su opinión, puede suponer un peligro activa todas las alarmas y hace que esa amenaza ocupe ...