YO SOY COMPASIVO
Seguimos con Exodo. En los tiempos del Antiguo Testamento los huérfanos, las viudas y los extranjeros eran la imagen gráfica de los necesitados. Era una manera de referirse a todos aquellos desamparados, pobres y necesitados de la ayuda de los demás para vivir. Hoy he leído lo siguiente, No maltrates al inmigrante ni abuses de él porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. No hagas daño al huérfano ni a la viuda, porque si lo haces, ellos clarmarán a mí y yo los atenderé. Mi ira se encenderá contra vosotros. Depués, el mismo Dios afirma el porqué de su preocupación por esa gente, Yo soy compasivo. El mundo es un lugar injusto donde la pobreza, la marginación, la opresión, el dolor, la injusticia y el sufrimiento se ceban con la inmensa mayoría de la población. Ante esto, es importante para mí entender que mi Dios no es indiferente y, por tanto, yo tampoco puedo serlo. Si no es indiferente ante el sufrimiento de tanta gente yo tampoco debo serlo y está en mi mano hacer todo...