ISRAEL EN EL PLAN DE DIOS V
Si, pues, tus labios confiesan que Jesús es el Señor y crees en tu interior que Dios lo hizo resucitar triunfante de la muerte serás salvado. Porque se necesita la fe interior del corazón para que Dios restablezca en su amistad y la pública confesión de esa fe para obtener la salvación. (Romanos 10:9-10) Cuando uno se acerca a un texto, el que sea, siempre debe de hacerse tres preguntas claves: ¿Qué dice el texto? ¿Qué significa lo que dice? y, finalmente, ¿Cómo puedo aplicar en mi vida lo que dice?. Lo que un texto dice no hay vuelta de hoja en cuanto al contenido, es decir, dice lo que leemos. El problema ya se vuelve más complicado cuando tratamos de discernir el significado de lo que hemos leído. Es una tarea más compleja porque, lo reconozcamos o no, seamos conscientes de ello o no, todos aplicamos filtros a la hora de interpretar un pasaje. Filtros teológicos e incluso denominacionales. Esos filtros, en ocasiones, nos hacen ver en el pasaje aquello que queremos ver. No