ENCUENTROS CON JESÚS: UN CIEGO DE NACIMIENTO
Los fariseos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: -Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Reconócelo tú también delante De Dios. A lo que respondió el interpelado: -Yo no sé si es pecador. Lo único que sé es que yo antes estaba ciego y ahora veo. (Juan 9:1-34) La curación del ciego vuelve a romper los esquemas de los fariseos. Alguien que viene de parte de Dios no estaría profanando el sábado; por tanto, debe ser un pecador. Los fariseos intentan una y otra vez que el mismo ciego reconozca que Jesús no puede ser el Mesías, pero la argumentación del ciego, como recoge su respuesta, no puede ser más lógica, contundente y poderosa. Yo llamo a esto la apologética irrefutable. Aquellos que no creen pueden argumentar y contra argumentar acerca de la existencia de Dios, la personalidad de Jesús, la historicidad de la Biblia y un largo etcétera. A lo largo de mi vida me he dado cuenta que no importa cuán potentes sean mis argumentos, siempre pueden ser discutid