LA FIDELIDAD DEL SEÑOR

Hoy he leído los tres últimos capítulos del libro de Lamentaciones escritos por Jeremías. El pasaje que me ha impactado habla acerca de la fidelidad de Dios. No son necesarios los comentarios, habla por sí solo. Hasta he llegado a pensar que ha muerto mi firme esperanza en el Señor. Recuerdo mi tristeza y soledad, mi amargura y sufrimiento; me pongo a pensar en ello y el ánimo se me viene abajo. Pero una cosa quiero tener presente y poner en ella mis esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡Qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confio! El Señor es bueno con los que en él confían, con los que a él recurren. Es mejor esperar en silencio que el Señor nos ayude. Es mejor que el hombre se someta desde su juventud. (Lamentaciones 3:19-27)