SESGOS (SALMO
¡Dios es santo! Rey poderoso que amas la justicia, tú mismo estableciste la equidad, la justicia y el derecho. (Salmo 99:3-4) Un sesgo es un atajo mental. Nuestro cerebro lo usa para poder manejar realidades que son muy complejas (es decir, que tienen muchos matices, aristas, formas de ser entendidas) y que nos desestabilizan cognitivamente al tener que pensar y tratar de entenderlas. Pondré un ejemplo muy español; todos los emigrantes son malos, vienen a robarnos los puestos de trabajo. Con este sesgo nos evitamos el tener que pensar en la compleja realidad de la emigración, sus causas, las necesidades detrás del que emigra, la singularidad de cada emigrante con su historia personal detrás. El sesgo simplifica y nos hace sentir mejor y más tranquilos. No hay pensar ni discurrir, todo es blanco o negro, bueno o malo, de izquierdas o de derechas. Además, cuantas más personas comparten un sesgo más real parece y más se retroalimentación a sí mismo. También hay sesgos teológicos. Manera