PROFETAS Y REYES, SAÚL, DARSE POR ALUDIDO
En cambio, los descontentos comentaban: ¿De qué va a salvarnos ese? Y no le quisieron hacer regalos. Pero Saúl no se dio por aludido. Las vidas de Samuel y Saúl ya están entrecruzadas. El último ya ha sido proclamado rey de Israel por el primero. Samuel lo hizo porque el Señor se lo ordenó; había escogido a Saúl para dirigir a su pueblo. Pero, por diferentes razones, no todo el mundo aceptó de buen grado esta elección. Deduzco del pasaje que se debía a la falta de confianza en sus competencias para el liderazgo (¿De qué va a salvarnos ese?). No consideraban que pudiera ser el líder adecuado para dirigir al pueblo. Interesante es que los críticos habían pasado por alto el hecho de que era el mismo Dios quien lo había escogido. Su crítica es, por tanto, una crítica hacia Dios y su capacidad de escoger a las personas adecuadas. Aunque, conociendo la naturaleza humana, no me cabe duda que detrás estaba la envidia, los celos, la competitividad. No siempre Saúl obró equivocadamente. Aquí vem