EL ABUELO
No me rechaces en mi vejez, no me dejes cuando mi fuerza se pierde.... A pesar de mi vejez y mi pelo encanecido, tú, oh Dios, no me abandones, hacia que anuncie tu poder a esta generación, tu fuerza a todos sus descendentes. (Salmo 71: 9 y 18) Esta semana cumplo 66 años y la vejez es ya una realidad en mi vida. Siempre agradezco los comentarios de aquellos que desean quitarle importancia a mi etapa vital; a mí, realmente no me preocupa. Primero, porque he vivido una vida plena y solo tengo agradecimiento a Dios, por lo bueno y por lo menos bueno. Porque ambas cosas ha usado el Señor para formarme y generar el tipo de persona que soy, Segundo porque en la vejez, descrita con expresiones caritativas del tipo; años dorados, una nueva juventud, la tercera edad, etc., tiene una misión muy claramente definida tal y como la entiendo en estos versículos; a saber, esforzarnos por transmitir la historia del Señor y las grandes cosas que ha hecho por nosotros a nuestros hijos y a nuestros nieto