¿PRODUCE FRUTO TU VIDA?

La gloria de mi padre se manifiesta en que produzcáis fruto en abundancia y os hagáis discípulos míos. (Juan 15:8) Este versículo corresponde al bien conocido pasaje de la vid y los pámpanos. En este se nos indica que lo natural de alguien que está unido, que tiene una relación vital con Jesús, es producir fruto. Además, se menciona que ese fruto es la evidencia de que somos discípulos del Maestro y da gloria a Dios, es decir, lo honra, lo reconoce, lo pone en un lugar central. Siguiendo la misma argumentación se indica que aquel que no produzca fruto será cortado, separado de Jesús porque no está cumpliendo su función. ¿Cuál es ese fruto? Vienen dos cosas de forma inmediata a mi mente. La primera, el fruto del Espíritu mencionado por el apóstol Pablo en el famosos pasaje de Gálatas; es decir un carácter que refleja el de Jesús. La segunda sería la práctica indiscriminada del bien que el Maestro nos enseño y que aparece una y otra vez en las cartas del Nuevo Testamento ...