PROFETAS Y REYES / SAMUEL, LA FRÁGIL MEMORIA
Samuel colocó entonces una piedra entre Mispá y Sen, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el Señor. Por eso, la llamó Eben Ezer. (1 Samuel 7:12) Es algo común en el Antiguo Testamento el erigir recordatorios de la intervención del Señor en la vida de su pueblo. Aquí lo vemos para que Israel no olvidara que Dios lo libro de la amenaza filistea. La finalidad era hacer memoria de las bendiciones del Señor en el pasado y, de ese modo, proveer de esperanza y seguridad para las intervenciones futuras de Dios en los nuevos retos que como individuos o nación tuvieran que enfrentar. Nosotros, los seguidores de Jesús, también necesitamos recordatorios en nuestras vidas que traigan a nuestra mente las intervenciones del Padre en momentos determinados. Los precisamos porque nuestra memoria tiene la tendencia a desvanecerse y, consecuentemente, cosas que en un momento tuvieron una intensidad muy grande, se van perdiendo poco a poco, se desfiguran y fácilmente acabamos olvidándolas o atribuyéndola