SALMO 36/ ESCUCHAR AL PECADO

El pecado habla al malvado en el fondo del corazón, el miedo a Dios no existe para él. Se enorgullece de sí mismo, incapaz de descubrir y odiar su culpa. Son sus palabras maldad y mentira, no quiere ser sensato ni obrar bien. En su cama maquina maldades, se aferra al mal camino, no rechaza la maldad. Esta es la historia de mi vida porque soy plenamente consciente que el mal habita dentro de mí. El pecado, como muy bien indica el salmista- habla a mi corazón y, siguiendo las palabras de Santiago, el hermano de Jesús, pone en marcha todo un proceso de seducción. El pecado tiene una increíble capacidad de conectar a la perfección con mis instintos y deseos más bajos; sabe bien cómo apelar a los mismos e invitarme a la inmoralidad en el peor de los casos -lo que está en contra de la voluntad del Señor- o, a la amoralidad -aquella zona de ambigüedad en la que podemos jugar con el bien el y el mal-. Al menos en mi experiencia personal he aprendido que el ...